El nudo de la angustia

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“Un nudo en el estómago”, “un nudo en la garganta”, “la espalda llena de nudos”, entre otras expresiones que hablan de cómo imaginarizamos una afección en el cuerpo, le damos lugar a eso que probablemente aún no reconocemos o identificamos, no como propio, pero sí como algo que nos invade. La angustia es uno de los afectos que ha provocado interés y estudio por el psicoanálisis, considerado por Freud como aquello que resultaba de la represión, para después postular lo contrario, siendo la angustia la señal en el yo para dar pie a las defensas. Lacan no deja de lado este tema, dándole lugar en distintos momentos de su enseñanza, incluso dedicándole un seminario. Aquí se inicia una exploración de cómo Lacan da cuenta de la angustia desde su topología, particularmente desde sus nudos. ¿Cómo la sitúa en el nudo Borromeo? ¿Cómo pone en relación inhibición, síntoma y angustia con el imaginario, simbólico y real, y con ello una estructura del sujeto? ¿Cómo es que la angustia es una brújula en la clínica?

            Para iniciar, damos un pequeño espacio a preguntarnos, ¿por qué la topología, por qué los nudos? La primera y sencilla respuesta sería como la que expone Rodríguez Valenzuela (2012): “para dar cuenta de cómo concebía la estructura subjetiva”. Pasar de la idea a la estructura, a lo tangible, a lo matemático. En Agüero (2022) encontramos un breve recorrido en la enseñanza de Lacan en torno a la topología y los nudos, primero refiere que la topología está desde los inicios de la transmisión lacaniana, señalando Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, donde casi al final del texto Lacan (2003) dice: “Decir que este sentido mortal revela en la palabra un centro exterior al lenguaje es más que una metáfora y manifiesta una estructura… responde más bien a ese grupo relacional que la lógica simbólica designa topológicamente como un anillo” (p. 307). Es decir, el toro. Y Agüero agrega que, para Lacan, el propósito de su enseñanza, su retorno a Freud tiene un sentido diferente por su referencia a la topología del sujeto. 

            Agüero también da cuenta del pasaje de la topología de superficies a la de nudos, particularmente el nudo Borromeo, con el cual Lacan explica la condición del Parlétrê, “así como, intentar una escritura de la clínica que dé cuenta de manera sencilla, de la diacronía que implica el recorrido de una cura” (Agüero, 2022). Recordemos que, al hacer el retorno a Freud, Lacan desarrolla la experiencia analítica y cada grafo, nudo, estructura o figura funciona para sostener ello.

            Teniendo esto presente, entonces, el nudo Borromeo es un artefacto que puede dar cuenta de la angustia. Lacan, en la clase del 10 de diciembre de 1974 del seminario 22, R.S.I., pone en relación Inhibición, Síntoma y Angustia con los registros imaginario, simbólico y real:

Yo diría que la inhibición, como Freud mismo lo articula, es siempre asunto de cuerpo, o sea de función. Y para indicarlo ya sobre este esquema, diré que la inhibición es lo que en alguna parte se detiene por inmiscuirse, si puedo decir, en una figura que es figura de agujero, de agujero de lo Simbólico. 

La nominación de lo Imaginario es la inhibición, esa detención del cuerpo, del yo ante el desarrollo de la angustia, que, como dice Lacan, se inmiscuye en el agujero de lo Simbólico. Dice Soria (2009), “lo imaginario entonces detiene el despliegue de lo simbólico y permite cerrar el redondel de lo simbólico”. Nuestro primer límite es lo imaginario, el cuerpo.

            El síntoma, dice Lacan, es el signo de algo que es lo que no anda en lo Real, y agrega, “si somos capaces de operar sobre el síntoma, esto es en tanto que el síntoma es del efecto de lo simbólico en lo Real.” Y la angustia es algo que parte de lo Real, “ese momento angustioso en el cual algo surge de la nada, en el cual un agujero escupe un nombre” (Soria, 2009). De esta forma tenemos el siguiente nudo Borromeo:

            Como vemos, verde es lo imaginario, la inhibición, que parte de lo imaginario, actúa sobre lo simbólico, lo detiene, le pone límite. El síntoma es denominado por lo simbólico, de color azul, y tiene su efecto en lo Real, de color rojo, lo hace existir. La angustia, como vemos, es del orden de lo Real, con efectos en lo imaginario. El inconsciente es ubicado entre lo imaginario y lo simbólico (lleno de significantes), pero tiene como resultado el síntoma, el cual está en lo Real.

            En la clase del 17 de diciembre de 1974 del seminario 22, Lacan reafirma la idea de que inhibición, síntoma y angustia son heterogéneos a Real, Simbólico e Imaginario, subrayando que la angustia “es evidente, es lo que del interior del cuerpo exsiste cuando hay algo que lo despierta, que lo atormenta”. Como en el caso de Juanito, que es a partir de la fobia como da cuerpo, consistencia a lo que le ocurre.

            Continuando con la idea del lugar de la angustia en el nudo borromeo, partamos de que el nudo de tres, perfectamente anudado, real, simbólico e imaginario, no existe como tal, ya que hay una falla, la falla del sujeto, del ser hablante, hay un agujero, como dice Soria (2009): 

En la medida en que es un ser viviente único, singular, por estar tomado por el lenguaje, esa estructura va a contar con dimensiones o con registros distintos que los de los demás animales. Y además, esos registros van a estar anudados de un modo torcido, por lo que esta falla estructural del nudo del ser hablante se va a manifestar siempre con algún lapsus en el nudo. (p. 54)

En el seminario 10, La angustia, Lacan (2023) presenta el objeto a, incluso lo da como una hostia, lo muestra, indica que es aquello a partir del corte y que no tiene imagen especular, es la falta que constituye al sujeto, en el nudo Borromeo está en el centro, por lo tanto, también se encuentra en el orden de lo Real. La angustia, dice Lacan, es la única traducción subjetiva del objeto a, de ese corte, en este sentido, están anudados, y, podemos agregar que no sólo entre ellos, pues el Otro, al haber un corte de por medio, tiene presencia, incluso estar ante el deseo del Otro es algo que también provoca angustia, el “qué quiere de mí”.

            Como podemos observar en el nudo Borromeo, Lacan le agrega redondeles de cuerda, algo que da la idea de que están girando constantemente, y es así como se afectan los registros entre ellos, en el caso de la angustia, como hemos dicho, lo real gira sobre lo imaginario, provocándola, a su vez, entre lo real y lo imaginario, Lacan sitúa el goce del Otro (JA). Al surgir la angustia también hay consecuencias en lo simbólico, como vemos, entre lo real y lo simbólico está el goce fálico (Jϕ), el cual, como dice Soria (2009), “la angustia le va a dar sentido a este goce… Aquí la referencia es el caso Juanito. Juanito está complicado con su goce fálico, está complicado con el goce de su órgano, y el afecto concomitante que le va a dar algún sentido a ese goce es la angustia.” (p. 68)

            La angustia entra en juego como la señal de que falta la falta, de que el deseo del Otro está presente y que podría ser amenazante -devorarnos-, la angustia nos permite tejer sentidos o destejerlos como en la inhibición, imaginarizar nuestro cuerpo, indicar un real. Como dice Lacan, la angustia nos funciona como brújula, por ende, lo real y el objeto a también. La angustia es constitutiva del sujeto y está presente en el Borromeo, el cual, como nos comparte Agüero (2022): “pregunta Lacan ¿Para qué me sirve este nudo Borromeo de tres? Y se responde: «me sirve… para inventar la regla de un juego, de manera tal que pueda figurarse con él la relación de lo Real con lo imaginario y lo simbólico.» (1974, p.111).


Bibliografía

  • Agüero ,G. (2022). Topología de los nudos y su utilización para la escritura de la clínica. Su lugar en la enseñanza de Lacan. https://shorturl.at/xzPZ2
  • Lacan, J. (2009). Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. Escritos 1. Siglo XXI
  • Lacan J. (2023), El Seminario Libro 10: La Angustia (1962-63). Paidós.
  • Lacan J. El Seminario 22: R.S.I. (1974-1975). Versión crítica de Ricardo Rodríguez Ponte.
  • Rodríguez Valenzuela, L. (2012). Inhibición, síntoma y angustia. Hacia una clínica nodal de la neurosis. Universidad Nacional de Colombia
  • Soria, N. (2009). Inhibición, síntoma y angustia. Hacia una clínica nodal de la neurosis. Del Bucle

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