La escritura ha existido desde la antigüedad por una necesidad del ser humano de comunicarse, el tránsito de la oralidad a la escritura ha dado paso a la formación de las grandes civilizaciones, la historia de los libros constituye un acervo que forma parte de esas manifestaciones culturales es un reflejo de su cosmovisión y del conocimiento de la época.
En la antigua Grecia consideramos que uno de los libros más antiguos es la Ilíada y la Odisea, la escritura en verso facilitaba su memorización, sin embargo hay que considerar de acuerdo a Irene Vallejo(2021) que tenemos 1500 años antes a Enheduanna poeta y sacerdotisa quien “escribió un conjunto de himnos cuyos ecos resuenan todavía en los Salmos de la Biblia…nunca dejó de escribir cantos para Inana, su divinidad protectora , señora del amor y la guerra”(p.165) a Enheduanna le atribuimos el considerar la escritura como un parto, mirada indudablemente femenina, puesto que pensaba que su diosa era quien le ayudaba a concebir nuevos poemas dando así al nacimiento a los versos.
En nuestro país los códices constituyeron la memoria histórica de los pueblos, los tlacuilos eran quienes se encargaban de escribir estos testimonios, utilizando como soporte el papel amate, piel de venado y lienzo de algodón, Los recintos en donde eran resguardados estos documentos se denominaban amoxcalli que significa “casa de los libros” lo que ahora denominamos bibliotecas.
Podemos considerar entonces que el registro de lo escrito de las civilizaciones son un testimonio del paso del ser humano en el mundo. Ahora bien ¿Qué relación podemos encontrar entre la escritura y el Psicoanálisis? ¿Qué de la historia de un sujeto?
Pensemos en la historia del sujeto como un tejido que se encuentra constituido por trazos y lazos, de la misma manera que un texto escrito, estos se anudan desde la infancia a través del significante y la palabra. En un análisis con lo que se trabaja es con el lenguaje, puesto que es ahí donde se encuentra estructurado el inconsciente
Si pensamos en el tejido como un texto, de acuerdo a su significado etimológico, la historia de un sujeto está constituida por trazos y lazos que se van anudando con el significante. Lacan se remitió a la historia de la escritura para hablar de la dimensión del sujeto en relación al nombre propio, refiriendose al trazo unario como esa primera inscripción, marca, escritura, que posibilita que los demás significantes puedan enlazarse.
El significante no puede ser pensado sin su relación con otro significante y es lo característico de la clínica lacaniana, que a diferencia de la lingüística invierte el valor del signo. “Un signo, se nos dice, es representar algo para alguien: el alguien está ahí como soporte del signo. La definición primera que se puede dar de un alguien, es: alguien que es accesible a un signo…No hay objeto aquí todavía, hay algo distinto: el signo, que representa ese algo para alguien[…] El significante, al revés del signo, no es lo que representa algo para alguien, es lo que representa precisamente al sujeto para otro significante” ( Lacan,1961,pág.23) Lacan lo asemeja a la huella de Viernes que Robinson encuentra en la isla en la que ha naufragado, pero no es la huella propiamente sino su borramiento, la huella en sí representa que alguien estuvo ahí antes, pero la desaparición de la huella implica la acción de hacer desaparecer.
“si la huella está borrada, el sujeto rodea su lugar con un círculo, algo que desde entonces le concierne, a él: la referencia del sitio donde él ha encontrado la huella, y bien, ustedes tienen ahí el nacimiento del significante” (Lacan,1961, pág. 7) esta relación implica pensar en el proceso de articulación significante, el primero es una marca o escritura que no puede leerse solo, el tercero implica siempre un retorno del primero.
La relación que existe entre Psicoanálisis y escritura es a través de la letra, “que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, pero es un lenguaje en medio del cual apareció su escrito” (Lacan, 1971,pág.19) a diferencia de Freud en el que la escritura nos remite a la representación de palabras cuando habla acerca de la Wortvorstellung o el rébus como la representación de los pensamientos en el sueño.
Lacan nos propone pensar en la letra en la dimensión de lo real, y por lo tanto pensar el inconsciente como una estructura, la escritura como erosión de significado de lo real “Es la letra como tal, la que da sostén al significante, según su ley de metáfora”(Lacan, 1971p.26) en este sentido se asemeja a la literatura de vanguardia, ya que hace litoral, es decir no se sostiene del semblante sino de la rotura, las vanguardias en ese juego del lenguaje hacen una frontera que dibuja el borde del agujero en el saber, en ese juego que se hace de la sintaxis en la oración, el sentido convencional de las palabras se pierde para generar una experiencia nueva, es por eso que el abordaje de la clínica cambia, si se piensa desde la representación a pensarlo como una estructura, pero no se piensa el uno sin el otro, porque la letra constituye el sostén del significante y a su vez representa una relación con el goce.
REFERENCIAS:
Defoe, D. (2020). Robinson Crusoe. Ed. Cedro
Lacan, J. (1961). Seminario 9 La identificación, clase 4 y 9. Versión Crítica (Trad. Ricardo. E. Rodríguez Ponte).
Lacan, J. (1971) Seminario 18 De un discurso que no sería (del) semblante, clase 10. Versión Crítica (Trad. Ricardo. E. Rodríguez Ponte).
Morales H. (2017) Sujeto y Estructura, Lacan, psicoanálisis y modernidad. Ed.Samsara
Vallejo, I. (2021) El infinito en un junco. Ed. Siruela
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